Vida Loca

No es que no me guste vivir, es que me cuesta trabajo la vida.

Es difícil, a veces; existir. Existiendo en un mundo «libre»

Libre de pecado; que tire la primera piedra. Y en un pueblo, apedrearon a una prostituta todos sus clientes.

Libre de decisión; Ejerce tu derecho como colonizado a votar por un enviado de la corona, un judío, o por un mediocre.

Libre.

Que fuerte palabra, la libertad. El pensamiento que vuela sin limites. Pero… para esto se necesitan varias cosas. Para empezar necesitamos un ser capaz de pensar. Tal vez podríamos decir un hombre, pero capaz que alguien se amarga. Así que digamos que un humano.
Promedio, ni muy inteligente, pero tampoco tan bruto.
Este ser debería de en teoría tener una línea de pensamiento interno. Una forma de razonar y una forma de hacer las cosas..
Pero a veces… Es mucho pinche pedir.

En esta vida social de redes y mentiras, donde todos fingimos ser felices mientras nos ahogamos en mares de depresión que no entendemos, ni nos interesa enfrentar. Que vamos a terapia por que está de moda, ante una escuela psicológica / psiquiátrica que no ha terminado de entender ni el 50% de la mente.
Controlados por una industria capitalista, sería estúpido pensar que las cosas se hacen pensando en nuestro bien. No; aun no somos un recurso.

Así es, algún día, nosotros las personas pasaremos a ser un recurso finito.

Pero a veces, es mucho pinche pedir.
Ser artista en este mundo es algo difícil, más donde todo apunta hacía una tecnología que no impulsa a nada más que a la eficientización de las cosas.

Estoy harto.

Eficientizando el mundo, enredándonos en un ordenador portátil amarrado a nuestras piernas. Cerca lo más cerca que se pueda de nuestros genitales y que produzca una vibración a sí y un sonido, por que el entrenamiento animal no es tan fácil como te lo hizo pensar Cesar Millan.

Y ante la paranoia colectiva que nos queda?

Ante la paranoia constante del enemigo amigable, de la puñalada por la espalda. Del miedo a vivir, o a seguir viviendo en un mundo que le da miedo tener miedo. No nos queda otra más que seguir resistiendo. Demostrándole a la máquina que va a tener que batallar bastante para acabar con esta plaga que somos nosotros los artistas.